Responden Paula de Hoyos y Chus Martínez Molina
El hecho de intervenir en las estereotipias es precisamente por este motivo, porque lejos de calmar, pueden provocar más excitabilidad.
Estereotipias como aleteos se realizan en momentos vacíos de actividad o en situaciones que provocan cierto nerviosismo, ante algo agradable o desagradable. Conductas como taparse los oídos indican que hay algo que provoca en la persona con TEA estar incómoda, hay algo que no soporta, que no le agrada. Si a esto le sumas que el alumno con TEA, intenta salir del aula de manera constante, es que además no está ni interesado por las actividades escolares, ni motivado por estar en el aula, ni entiende lo que se le pide o debe hacer. Rechaza quizás el ruido de los compañeros de la clase, el ambiente del aula.
Ha adquirido su esquema de voy a por este niño y tiro objetos porque se lo que me va a pasar después. Y así encuentra su zona de confort, aunque no sea una conducta adecuada. Como entiende la consecuencia que va a tener después, aunque solo sea ver caras de enfado mirándole, está contento, seguro que hasta se ríe e intenta tirar objetos otra vez e ir a por el compañero en cuanto menos lo penséis. No es que provoque al adulto, es que entiende sus reacciones.
Es recomendable empezar ya con un programa de modificación de conducta.
Los rituales no se pueden romper así porque sí. Los rituales son acciones encadenadas que al hacerlas proporcionan seguridad y estabilidad emocional a las personas con TEA.
Hay que intervenir observando primero que acciones hace y desglosarlas. Una vez hecha la jerarquía de acciones que realiza, se debe empezar por una, la que sea más fácil de eliminar. Se le anticipa mediante claves visuales lo que debe hacer. Se negociaría primero quitándole una acción y permitiéndole después que haga el resto de su ritual. Así durante unos cinco días. Después, se negociaría otra acción y así sucesivamente.
El introducirse los dedos para provocarse el vómito no es una estereotipia. Es una conducta de evitación y de rechazo ante una situación. Debéis anticiparos a la conducta de meterse los dedos en la boca, quitándole las manos de la boca y ofreciéndole una alternativa, que tenga por ejemplo algún objeto de estimulación sensorial en las manos. Paralelamente observar que os quiere decir, que es lo que le disgusta o no quiere hacer. Una vez que determinéis la causa que provoca esta conducta será más fácil poder ayudarle.
Se debe poner bajo control indicándole cuando lo puede hacer. Mediante claves visuales con pictogramas se le indica en que momentos puede cantar y en qué lugar. Si repite verbalizaciones hay que hacer un trabajo explícito en ecolalias, analizando primero que tipo de ecolalia es: si es inmediata, demorada, funcional o no, etc. Y después intervenir sobre las mismas.
En estos casos no se puede utilizar la estrategia de la negociación ni la anticipación mediante claves visuales porque la capacidad de abstracción es muy limitada. Hay que plantearse niveles de causa- efecto, indicación y acción inmediata con ayuda total a la persona con TEA, hasta que se fije el esquema. Además, aconsejamos estimulación sensorial.
Es más difícil, aunque no imposible: un ruido, un olor, unos dibujos que no agradan, algo que le gusta mucho, un anuncio que termina, o una canción que empieza, una prohibición de algo, una interrupción de una acción, un dolor, etc. Pueden ser causa de estereotipias.
Fenomenal, estas aprovechando sus intereses para motivarle hacía otros intereses y así ampliar el repertorio de los mismos.
Hay que indicárselo mediante pictogramas. Se le puede dibujar en un folio un pictograma de hablar en su habitación y se le da permiso para hacerlo: “Puedes hablar solo, pero en tu habitación”, le acompañas a su habitación y en la puerta de la misma ponéis juntos un pictograma o imagen de hablar. Le dices que entre a hablar solo y te vas. Al principio, no le pongas límite de tiempo, solo que cuando le veas hablando solo le lleves a su habitación. Se tiene que acostumbrar primero al espacio, al contexto y una vez conseguido ir marcándole con tiempo. Paralelamente a esto hay que intervenir en conducta, trabajando con él las consecuencias sociales que tiene la conducta de ir hablando solo.
Necesita anticipación sobre lo que va a hacer fuera de casa. Antes de salir de casa, debéis realizar una agenda de pictogramas o de fotos, con una secuencia de actividades que vais a realizar. Le vais indicando lo que tiene que hacer, en función de lo que toque. Entre esas actividades podéis poner entrar a una tienda a comprar algo.
La observación del contexto es lo que nos va ayudar a conocer en qué momentos aparecen las estereotipias, por ejemplo, si empieza a hacer aleteos o saltitos delante de la tele cuando ve unos dibujos que le gustan, nos indica que en momentos de excitación va a presentar movimientos repetitivos. El objetivo no es prevenir su aparición, sino reducir y poner bajo control. Recordad que es una manifestación ante el medio de la persona con TEA, motivada por la información que recibe del exterior.
No se alimenta su obsesión. Se está utilizando con un objetivo claro: motivar hacía tareas escolares, además de manera indirecta se está fomentando que amplie su repertorio de intereses.
Una manera de reducir el aleteo es que la persona con TEA pueda tener algo en sus manos. Un objeto que pueda presionar (bola blanda), algo que pueda mover con los dedos (cuerda), etc. Hay que dejarle un ratito que pueda aletear, lo necesita, y posteriormente darle el objeto. También se le puede indicar que se siente con el objeto en las manos.
Es importante que comprenda que lo que hace es jugar a los bebes, no ser un bebé. Para ello, es necesario anticiparle mediante claves visuales cuando puede “jugar a los bebes”.
Se le puede indicar en el horario de clase y poder dejarle un rincón en el aula para que juegue a los bebes. Hay que permitirle que lo haga, pero cuando nosotros le indiquemos. No cuando ella quiera porque sería siempre.
También se puede negociar explicándole mediante claves visuales (pictogramas dibujados) que primero va a hacer, por ejemplo, la ficha de lengua y después va a jugar a los bebes. Se le puede indicar también que juega a los bebes hasta que suene la alarma del móvil o de otro dispositivo auditivo. Hay que enseñarle a parar.
De esta manera la obsesión se pone bajo control en espacio y tiempo, además de dotarla de funcionalidad (se está jugando).
Las personas con TEA grado 1 y grado 2, con un cociente intelectual dentro de la media, si pueden llegar a ser conscientes.
Desean controlarse en el momento que comprenden las consecuencias sociales que tienen cuando hacen estereotipias delante de los demás, o hablan solos o solo hablan de un tema de su interés a los otros/as.
Si. Debe tener su objeto de morder para que no muerda el cuello de la camiseta, o el puño, u objetos que encuentre a su alcance.
Antes de iniciar una intervención en integración sensorial hay que realizar un registro sensioromotor para determinar el perfil sensorial de la persona con TEA y así ajustar su intervención.
Siempre que se empiece a enseñar una rutina hay que continuar haciéndola todos los días, aunque la persona con TEA no quiera. Es muy importante ser constante en la enseñanza de rutinas.
Los días que no quiera hacerla, aunque sea dándole ayuda total, debe hacerlo.
Hay que valorar que a veces la persona con TEA necesita estar sola. Un momento de desconexión, de “sacar” fuera. Quizás esos 10 minutos le van a permitir después socializar de manera correcta y estar más tranquila.
Es importante priorizar que coste emocional puede tener en una persona con TEA el realizar o no un determinado movimiento estereotipado. Si observamos que lo está realizando delante de los demás va a tener repercusiones sociales no muy favorables, hay que controlarlo. De esta manera la influencia que va a tener en el entorno va a ser mucho más beneficiosa que si lo hace delante de todos sin control.
La mayoría de personas con TEA, cuando están absortos en sus pensamientos no van a retomar la actividad a no ser que se les indique.
Puede ser mediante un indicador auditivo (tipo alarma) o simplemente dando un golpecito en su mesa diciéndole que ya se acabó de pensar y que ahora toca hacer la ficha 2 de matemáticas.
Se le puede indicar también por negociación mediante pictogramas dibujados: primero ficha 2 de matemáticas, por ejemplo, y después a pensar en tus cosas.
Psicóloga clínica, postgrado en logopedia. dedicación profesional en intervención y asesoramiento a personas con TEA, familiares y profesionales, desde hace mas de 20 años
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