Soy Ana: Un mundo imaginario en personas con TEA

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Soy Ana

Ana Martinez

Ana Martinezu00a0 (Espau00f1a)

Hola soy Ana, bienvenidos a uno de mis mundos. Tengo dos, uno imaginario, al que voy cuando necesito desconectar y otro, el real, que me supone un reto todos los du00edas.

u00a0

No recuerdo muy bien mi infancia. Mi madre me dijo que aleteaba y no hablaba, hasta que un du00eda de golpe empecu00e9 a hablar y ya no me callu00e9.

Desde que tengo uso de razu00f3n he jugado a las hadas con mi madre.u00a0Creo que aquu00ed debiu00f3 empezar mi mundo imaginario.u00a0

El juego consistu00eda en inventarse historias con 15 hadas imaginarias: 5 verdes,u00a05 amarillas y 5 rojas. Las verdes eran las malas, las amarillas eran las regulares y las rojas eran las buenas. Todas tenu00edan los mismos nombres y se diferenciaban por los colores. Por ejemplo, habu00eda un hada que se llamaba Pepita roja, otra se llamaba Pepita amarilla, y por u00faltimo estaba Pepita verde y asu00ed con todos los nombres.u00a0u00a0Mi madre hacu00eda las voces de las hadas.

Mi madre me indicaba cuando podu00edamos jugar. Si u00edbamos en trasporte pu00fablico, estu00e1bamos en casa de alguien o venu00eda alguien a casa, no me dejaba jugar a las hadas.u00a0Me costaba aceptarlo porque necesitaba ir al mundo de las hadas de vez en cuando, sin importar donde estuviese fu00edsicamente en ese momento. Ya de mayor, fui entendiendo que estaba mal que los demu00e1s me vieran hablar sola y metida en u201cmis cosasu201d. Por eso solo podu00eda ir a u201cmi mundo de las hadasu201d en determinados sitios.

Yo iba a un colegio en Alcalu00e1 de Henares, donde habu00eda un aula TEA. Recuerdo un du00eda, que mis profes del aula TEA me dijeron que no podu00eda seguir jugando a las hadas porque era muy mayor. Rompieron una parte muy importante de vida. Algo que yo necesitaba para poder seguir viviendo en el mundo real. Realmente no sabu00edan lo que me estaban prohibiendo.u00a0u00a0

Se reunieron con mi madre y a partir de ahu00ed, dejo de hacer las voces de las hadas. Lo que no sabu00eda nadie, es que las historias que les pasaban a las 15 hadas me las inventaba yo. Era yo quiu00e9n ponu00eda voz a las hadas. Yo las veu00eda, no mi madre. Mi madre hacu00eda que mis historias se oyeran en voz alta. Lo u00fanico que me prohibieron es poder escuchar mis historias por otra persona.u00a0Porque en realidad todo lo hacu00eda yo. Todo estaba dentro de mi mente y eso no me lo podu00edan prohibir.

Actualmente, tengo 17 au00f1os, me faltan unas semanas para cumplir los 18, y sigo imaginando historias, sigo poniendo u201cmi vozu201d. Ya no se llama jugar a las hadas se llama u201cMi Mundo Pequeu00f1ou201d y en vez de 15u00a0hadas, los personajes son gente que conozco y los escenarios son sitios que yo imagino o que he visitado.u00a0u00a0

He aprendido a ir a mi mundo imaginario de vez en cuando, como una forma de escapismo de la realidad que me rodea, es mi manera de dar orden a mi vida. Algunos profesionales lo han llamado desdoble de personalidad, momentos de paranoia, a mu00ed, no me preocupa el nombre que le quieran poner y como lo quieran definir.

Mi mundo imaginario, es el 50% de mi vida. Yo he necesitado para sobrevivir jugar a las hadas con mi madre, haciendo las voces de las 15 hadas, y ahora necesito ir a u201cMi mundo pequeu00f1ou201d, quu00e9 es lo mismo, pero sin mi madre. Solo yo, haciendo mis historias, hablando, juntando personajes, escenarios.u00a0Abstrayu00e9ndome por unos minutos de la realidad que me rodea, para seguir adelante.