Son muchas las demandas y consultas que los familiares de las personas con TEA nos hacen al respecto. Tener dificultades de sueño afecta tanto al bienestar de la persona con autismo o síndrome de Asperger, como a los familiares convivientes.
A nivel de la persona con TEA, las rabietas y los problemas de conducta se incrementarán y a nivel familiar, las consecuencias estarán cargadas de estrés, tensión e irritabilidad, afectando de manera negativa a la convivencia y el entorno familiar.
Aunque hoy en día sigan sin conocerse las causas, son muchos los estudios que se están realizando sobre los trastornos del sueño en las personas con TEA, y muchas las hipótesis que los investigadores están manejando. No obstante, al igual que con otras dificultades que se dan en estas personas los problemas en el patrón del sueño pueden ser tratados de manera efectiva.
A continuación, detallaremos pautas específicas sobre lo que no se debe hacer y si se debe hacer antes de dormir, proporcionando orientaciones concretas para llevar a cabo desde casa.
-> Crear dependencia del niño o niña con TEA de los padres. No se debe acostumbrar a la persona con TEA a hábitos como dormir en brazos de la madre o el padre y luego llevarle a la cama, que se quede dormida en otro espacio diferente a su habitación, o en el sofá o en otra cama distinta a la suya, etc. Los hábitos generan rutinas y una rutina inadecuada es muy complicada modificarla a posteriori.
-> Ser poco constantes con las decisiones o normas adoptadas. Ser inconstantes no va a generar un ambiente estable de rutina y por tanto no se van a establecer de manera adecuada el aprendizaje de irse a dormir.
-> No establecer los límites de manera adecuada. Los familiares de las personas con TEA deben ponerse de acuerdo en los límites que pretenden llevar a cabo y por supuesto llevarlos. Recordad que el ambiente para la persona con TEA debe ser claro y no confuso.
-> Entrar en una “batalla campal” con la persona con TEA. Tranquilidad, calma y paciencia son factores claves si se quiere llevar a cabo una intervención efectiva.
-> Pensar que con el tiempo todo mejorara sin poner remedio. Actitud pasiva que dejará al azar la solución ante las dificultades del sueño, propiciando de esta forma todo lo contrario: aumentar las dificultades en el sueño.
-> Enseñar a dormir solo o sola. Sin la compañía del padre o madre y, en su cama y en su habitación. No promover la dependencia al adulto. Enseñar a dormir es un aprendizaje como cualquier otro, donde el objetivo es que el niño o la niña lo realice solo o sola.
Casos en los que se haya creado una dependencia hacia la figura materna o paterna, se debe llevar a cabo un programa de retirada progresiva del adulto. Por ejemplo, se acompaña al niño o la niña a la habitación, se sienta el adulto cerca de él o ella, casi sin contacto físico y darle un objeto (peluche, trocito de tela, etc.) que le agrade y permanecer a su lado. De manera sistemática realizar esta rutina durante días y progresivamente hay que ir retirándose de su lado. Así hasta salir de la habitación.
-> Crear una rutina. Es decir, hacer todos los días la misma secuencia de actividades antes de ir a la cama. Aconsejamos rutinas cortas y sencillas, por ejemplo: lavar dientes, hacer pis, cuento (corto y que no le excite mucho) en la cama y apagar la luz.
-> Evitar realizar antes de ir a dormir juegos o actividades que sobreestimulan a la persona con TEA. Hay que procurar al menos una hora antes de ir a la cama crear un ambiente de tranquilidad y serenidad.
-> Favorecer que la persona con TEA esté cómoda en su espacio de dormir. Es necesario, ser previsores ante sonidos que les disgusten, texturas que no soporten, colores que les agraden, etc. Es importante que la persona con TEA se encuentre a gusto y favorecer un ambiente sin sobrecarga de estímulos. Recordad la hipersensibilidad de las personas con TEA ante ciertos estímulos.
-> Establecer límites con normas claras: La cama es para dormir, no para saltar o jugar a tirar las almohadas. En la cama no se juega a cosquillas, ni a ningún juego. En la cama solo se duerme. Al respecto, se puede dejar que la persona con TEA pueda tener un peluche con una textura que le agrade. Solo eso.
En líneas generales, hemos hecho referencia a pautas básicas para llevar a cabo. No hay que olvidar que las personas con autismo o síndrome de Asperger son diferentes unas a otras y por tanto las orientaciones van a ir en función de las características y las necesidades que las personas con TEA presenten en cada caso.
Además de las orientaciones que os hemos ofrecido, existen muchos tipos de intervenciones respecto a la problemática del sueño:
En el siguiente artículo comentaremos qué problemas sobre el sueño son los más comunes en las personas con TEA y cómo intervenir en ellos.
Artículo escrito por
Equipo Cetea EdicionesExpertos en Autismo y Asperger
Comunidad para familiares y profesionales que viven cada día con el Trastorno del Espectro Autista
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