Esta es Marta y hoy está con nosotros en YO SOY TEA. En esta ocasión, su madre nos concede una entrevista para hablarnos de su hija. De ese difícil trayecto que realizan las familias de las personas con TEA.
Mi hija Marta es un ejemplo de constancia y lucha. Su historia, que es la nuestra, puede ayudar a muchas familias a no caer en la desesperación, a confiar y mantener la esperanza.
Marta no hablaba. No entendía nada. Apenas se comunicaba.
Marta comenzó a hablar a los 6-7 años.
Imaginad lo que nos supuso a nivel familiar escuchar a Marta emitir palabras, para nosotros fue algo maravilloso. Aunque al principio no se la entendía nada, nos daba igual, sabíamos que si Marta había conseguido hablar lo demás vendría más tarde.
Durante esos años, caes en la angustia, en la desesperación, te sientes muy sola y sin saber qué hacer para ayudar a tu hija. Acudes a un médico, a otro, comienzas a buscar, indagar, necesitas comprender que está ocurriendo.
Vives momentos de mucha incertidumbre y miedo.
Cuando Marta tenía 1 año y medio más o menos, la llevé al pediatra porque yo notaba que algo estaba fallando, algo ocurría en Marta y no sabía qué. No me comprendía cuando le decía “no hagas eso”, ella seguía haciéndolo. Iba a su aire, demasiado independiente. No decía nada, ya no que no dijera nada, es que no se comunicaba con nosotros. Lo único que hacía como el resto de niños, era jugar con los juguetes. Nunca observé que alineara objetos, o jugase con ellos de una manera extraña.
El pediatra me comentó que no la compárese con su hermana mayor ni con el resto de los niños. Que ella iba a su ritmo, que no me preocupase y que ya iría apareciendo todo lo que debía aparecer.
Así lo hice. Mejor dicho, lo intenté hacer, porque la preocupación con el paso de los meses iba creciendo y el ansiado lenguaje no aparecía.
Pasan los años y llega el momento de su escolarización. Avisé en el centro escolar que Marta no hablaba nada y paralelamente la llevé a otro médico para que la viese porque yo ya estaba desesperada. Recuerdo a este médico de manera especial, porque nada más entrar a la consulta, se puso a observar a Marta y a los 5 minutos me dijo, tu hija tiene un trastorno del desarrollo. Tu hija tiene autismo. Fue la primera persona que nos habló del autismo y lo vio claro desde el principio.
Desde el colegio consideraron hacerle a Marta una valoración psicopedagógica. Yo por aquella época solo quería saber lo que le pasaba a mi hija, ni siquiera me planteaba ningún tipo de estimulación o intervención. Solo quería un diagnóstico y pruebas. En esta valoración no tienen muy claro lo que le pasa a Marta. Nos comentan que puede ser un retraso del lenguaje o un trastorno autista. Nos orientan que lo más adecuado es empezar a intervenir, dándole apoyo en el cole y estimulando el lenguaje.
A los 4 años nos indican que la escolarización de Marta debe cambiar a otra modalidad educativa. Nos hablan de la existencia de las aulas específicas para personas con trastorno del espectro autista (aulas TEA) y escolarizan a Marta en un colegio con aula TEA.
Pues sobre los 6 años, cuando el equipo de orientación del colegio donde acudía Marta, hace revisión psicopedagógica y emiten diagnóstico de trastorno autista.
Si. Además de los apoyos del colegio, comenzó a acudir a un centro privado con profesionales especializados en personas con TEA.
Gracias a la estimulación que Marta recibió y a las orientaciones que nos daban a nosotros para intervenir desde casa, Marta avanzó de manera considerable.
Ha sido un trabajo de todos, aunque con la lucha, la constancia y el esfuerzo de Marta los resultados han sido muy esperanzadores.
Marta comenzó a hablar. Por fin, apareció el lenguaje. Comprendía. Se comunicaba. Quería socializar.
Marta actualmente, está cursando 3.º ESO en un instituto con aula TEA. Sigue con sus apoyos y muy motivada por seguir avanzando y aprendiendo.
Por las tardes sigue acudiendo a un centro especializado en TEA. Todavía nos seguimos sorprendiendo de ver la buena evolución que Marta está teniendo.
¡Marta es un sol de persona, que voy a decir yo que soy su madre!
Es muy constante, y con lo que le interesa mucho más.
Una chica con carácter eso sí, pero muy sociable, amigable y afable.
Una persona que lo que más desea ahora es tener amigas y poder salir como hace su hermana con sus amigas. Desea tener una vida social como la que más.
Siempre dispuesta a hacer deberes, a hacer sus fichas, a trabajar y a seguir aprendiendo.
A Marta solo hay que mirarla a la cara para saber cómo es. Con una sonrisa que lo dice todo. Feliz de sus logros. Y por supuesto, nosotros también con ella.
Mi mensaje a las familias es que tanto mi hija como el resto de personas con TEA se merecen una vida plena como el resto de ciudadanos y entre todos, dando visibilidad al autismo podremos lograr el bienestar social que se merecen. Que se pongan en manos de profesionales especializados y que se dejen asesorar y guiar.
Y que cuando sientan alguna vez que ya no pueden más, no decaigan en la desesperación y echen la vista atrás para valorar todo lo que están consiguiendo. Es la única manera de coger impulso para seguir avanzando.
Comunidad para familiares y profesionales que viven cada día con el Trastorno del Espectro Autista
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