Existen centros escolares preferentes para el alumnado con TEA que tienen aulas específicas para que reciban una atención, en la medida de lo posible, más ajustada e individualizada. Para aquellas personas con TEA que necesiten una atención todavía más individualizada y específica, existen centros de educación específicos o centros de educación especial.
Para que la escolarización de una persona con TEA en un centro sea adecuada y se ajuste a cubrir las necesidades educativas que pueda presentar, se hace necesario una detección temprana y un diagnóstico preciso, para así determinar los apoyos específicos que dicha persona va a necesitar, y escolarizarlo en el centro escolar más adecuado.
Aunque en los centros escolares se promueva que la integración escolar de la persona con TEA sea lo más efectiva y adecuada posible, no hay que olvidar que gran parte de la labor educativa va dirigida al cumplimiento de objetivos de tipo más académico o curricular.
Cuando un niño o niña con autismo entra como alumno en un centro escolar, se deben poner en marcha una serie de actuaciones para que su escolaridad afecte de manera positiva a todas las personas que forman parte del centro escolar.
Si queremos hacer una adecuada inclusión y una buena intervención educativa, hay que conocer y tener en cuenta varios aspectos, como:
-> Conocer el grado de alteración que la persona con TEA tiene en las diferentes áreas del desarrollo: a nivel de comunicación y lenguaje, de interacción social, de flexibilidad mental y comportamental (intereses obsesivos, rigidez, estereotipias, rituales, etc.), funciones ejecutivas, etc.
-> Saber su capacidad cognitiva. Es necesario conocer su capacidad intelectual. Si está preservada, en déficit o por encima de la media.
-> Determinar si la persona con autismo o síndrome de Asperger posee competencias, habilidades y potencialidades necesarias para poder aprovechar y beneficiarse de los aprendizajes y experiencias que tienen lugar en los marcos de escolarización ordinarios.
-> Comprensión y concienciación del trastorno por parte de todo el profesorado y alumnado. Muchas conductas de las personas con TEA no van a ser entendidas por sus profesores y compañeros de clase. Es necesario conocer cómo actúan, como perciben la información, que ambientes les suele molestar o alterar, estrategias para poder ayudarles, etc. Solo desde el entendimiento y la comprensión se podrá lograr una escolaridad con éxito y evitar el acoso escolar o bullying hacia personas con TEA.
-> Tener siempre presente la etapa evolutiva de la persona con TEA (niñez, preadolescencia o adolescencia). Dependiendo del ciclo educativo donde se encuentre las demandas del contexto educativo variarán. No es lo mismo la escolarización en infantil que en secundaria.
-> Tener presente a la familia de la persona con TEA. Que la familia sea informada de manera periódica, por parte del centro escolar, sobre las actuaciones o decisiones que se vayan a realizar: competencias curriculares, metodología que se lleva a cabo desde el aula (estructuración, uso de claves visuales, organización, planificación, etc.), como se está adaptando al entorno escolar tanto en el aula, como en el recreo, comedor, etc. Importante informar y escuchar a la familia. Colaboración y apoyo mutuo es una necesidad importante.
-> Contar en la medida de lo posible con los recursos de la zona para promover la verdadera inclusión de la persona con TEA: mercados, tiendas, parques, zonas de ocio, etc.
Para comprender ciertos comportamientos de niños o niñas con TEA que se puedan dar en el centro escolar y determinar que estrategias educativas hay que llevar a cabo, es necesario considerar dos aspectos muy importantes:
-> No nos podemos olvidar de las dificultades que presentan para anticipar acontecimientos. Las novedades les disgustan y les pueden provocar malestar, incomodidad e inestabilidad emocional. Ante esto es necesario que a la persona con TEA se le anticipe en la medida de lo posible lo que va a suceder en clase, lo que tiene que hacer, etc. En este sentido hay que utilizar material visual, un ejemplo podría ser la realización y el uso de pictogramas de rutinas en el aula sobre las actividades se van a realizar.
-> Hay que tener presente que ante situaciones vacías de actividad, espacios abiertos y momentos sin orden y poco estructurados, como recreos, cambios de aula, comedor y gimnasio del centro escolar, el alumnado con TEA puede mostrar conductas inadecuadas.
-> Elaborar un plan individualizado que contemple:
De esta forma es posible determinar la intensidad de los apoyos necesarios, redactar el plan individual de apoyo, donde queden reflejados los intereses y las preferencias de la persona, las áreas y actividades objeto de apoyo, los contextos y actividades de participación; evaluación y supervisión del proceso, reajustando los apoyos a sus necesidades.
-> Estructuración del entorno educativo: apoyos visuales, tareas con un inicio y final claro, instrucciones claras y precisas, simplificar conceptos abstractos, etc.
-> El programa de enseñanza debe contemplar habilidades de planificación mediante el uso de la agenda, y habilidades de organización mediante la estructuración de tareas.
-> El estilo de enseñanza debe ser directivo, no autoritario. El profesor debe dirigir al alumno con TEA, tener calma, ser flexible. Tener en cuenta que el estilo de aprendizaje de estos alumnos estará determinado por su atención selectiva. Contar para una buena praxis con los servicios de orientación que dispone el centro escolar.
-> Promover la publicación de materiales que orienten a la práctica educativa. Es necesario compartir experiencias. La publicación de programas y materiales específicos para la intervención con este tipo de alumnado se hace necesaria.
-> Coordinación con servicios externos: centros específicos de intervención de psicopedagogía y lenguaje, de estimulación sensorial, etc. Además de como ya se ha mencionado antes, reuniones periódicas con las familias.
Exponer en el programa educativo todos los apoyos necesarios que la persona con autismo o síndrome de Asperger necesita y que dan respuesta a sus dificultades de aprendizaje.
Las propuestas ofrecidas son las básicas, hay muchas más. Para ampliar información aconsejamos la lectura del artículo: Inicio del Curso Escolar, publicado en nuestra plataforma y la lectura de libro: Síndrome de Asperger: Una guía para los profesionales de la educación. Escrito por Mercedes Belinchón, Juana Mª Hernández y María Sotillo. Editado por el Centro de Psicología Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid ( CPA_UAM), en 2009.
Pedagoga, dedicación profesional en intervención y asesoramiento a personas con TEA, familiares y profesionales desde hace mas de 20 años
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